Nuestro objetivo en el trabajo con Recolectoras y Recolectores es contribuir al desarrollo de un modelo de producción que les permita asumir autónomamente el proceso de recolectar, producir, comercializar
En su origen, las recolectoras y recolectores establecieron una relación con la naturaleza que la/os proveía de su sustento y las hizo heredera/os de una tradición consuetudinaria que se fue transmitiendo por generaciones.
Con el paso de la historia llegaron a vivir, en medio de un modelo económico de carácter extractivista que, entre otras cosas, fue determinando que los productos recogidos (PFNM Productos Forestales No Madereros) se exportaran en su mayor parte como materia prima. Esto, reduce severamente su valor y mantiene a las recolectoras y recolectores en el nivel más bajo de la escala laboral.
El objetivo del TAC es lograr que las recolectoras y recolectores, rescaten los conocimientos heredados de sus antepasados (dimensión laboral, ambiental, social, cultural, económica), agreguen valor a los frutos que recogen y mediante nuevas tecnologías asuman la recolección desde la toma de los productos hasta el procesamiento, transformación y entrega al comercio.
A través de todo esto, nos proponemos contribuir al fortalecimiento de un sector de recolectoras y recolectores organizados, en torno a la creación de una fuente laboral, que recupere la dignidad del oficio de recolectar, la defensa de la soberanía alimentaria y la protección del medio ambiente que sustenta a todo este conjunto.
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Las historias que aparecen en este libro son como un baño de humanidad y ternura que nos lleva a reencontrarnos con nosotros mismos. Con momentos de nuestra niñez, con historias que hemos vivido o escuchado de labios de alguna tía o de nuestras mismas abuelas.
En ellas uno descubre al hombre y la mujer toda entera, que piensa, que siente, que ama, que guarda valores a veces tan olvidados en nuestra sociedad. También nos encontramos con la enorme fuerza que emerge de una comunidad al enfrentar sus problemas, al satisfacer sus necesidades. Y con la creatividad infinita con que supera los mil obstáculos que surgen en medio de condiciones tan adversas como las que le toca vivir.
Las historias que aquí aparecen nos introducen además, en el trabajo de campesinos que hoy día descubriendo sus valores, se lanzan en la defensa de su cultura. “Estamos tratando de recuperar tradiciones y cosas antiguas. Yo pienso que antes la gente se autoeducaba, en el sentido de ir desarrollando su creatividad, su capacidad crítica, de observación, porque con las adivinanzas, las payas, las logas se va desarrollando el intelecto de la gente” observa Carmen Muñoz Directora de la Escuela G – 1147 de Pullay.