Nuestra Historia

Diseño e implementación del trabajo con las recolectoras

1999 - 2022

Con los antecedentes mencionados elaboramos un proyecto que se orientó a:

1. Legitimar la actividad de recolección como una fuente laboral estable y sustentable

2. Entregar elementos metodológicos que permitieran – a los grupos – mejorar sus formas de trabajo y optimizar la producción,

3. Construir una experiencia de organización y de capacitación que pudiera ser reproducida por recolectoras de otras regiones del país.

4. Desarrollar una campaña de difusión que permitiera visibilizar la realidad de los recolectores.

Para la realización del trabajo seleccionamos seis grupos ubicados en las comunas de Curanilahue (sector minero), Hualqui (cercano a Concepción) Los Corrales en medio de forestales (Cordillera de la Costa), Batuco en medio de viñedos, Recinto bordeando la Cordillera de los Andes y Culenco, comunidad de campesinos que comenzaron como inquilinos, luego fueron asentados y después del golpe militar 1973 “allegados sin tierra”.

En ese conjunto encontramos a “los más pobres de los pobres”. Gente que vivía en una situación de extremo aislamiento, en una miseria que afectaba todas las dimensiones de su existencia. 

El proceso organizativo

Comenzó con la agrupación de las recolectoras, que se fueron organizando progresivamente y a medida en que se fueron capacitando, se constituyeron en Comités Productivos con Personalidad Jurídica.

En ese momento sintieron la necesidad de coordinar sus actividades y formaron la Coordinadora Regional de Recolectoras y Recolectores del Bío Bío que comenzó a operar como un órgano de dirección, comercialización, representación, que las reforzó y les permitió actuar en forma corporativa. 

En el año 2006 la Coordinadora estuvo formada por los Comités: “La Esperanza de Culenco” comuna de Pemuco; “Renacer de San José de Colico” comuna de Curanilahue; “Centro Artesanal El Nuevo Amanecer de Los Corrales” comuna de Cobquecura; “Comité de Recolectoras de Coihuico – Deshifrut”, comuna de Cabrero; “Comité de Recolectores Las Dichas de El Rincón” comuna de Ninhue; “Taller Laboral Cuyimpalihue” de Cañete; Sociedad SODEAGRO Ltda., sector Los Patos, comuna Nacimiento y Taller Laboral El Renacer de Totoral – San Nicolás. En proceso de integración estuvieron los grupos del sector La Mata Sur, comuna Cabrero y el de El Macal, comuna Yumbel, por medio de un convenio ya firmado con sus respectivas Municipalidades, quienes nos habían encargado su capacitación.

El proceso de aprendizaje

Comenzamos trabajando a través de tres líneas: 

1. Acompañamiento del proceso vivido por los grupos en sus comunidades, entrega de elementos metodológicos que los ayudaran a avanzar hacia sus metas, para lograr su desarrollo.

El contenido de la capacitación es muy diverso y siempre está relacionado con la evolución que viven las organizaciones y con sus necesidades emergentes. Con cada grupo comenzamos por la recuperación de sus propias historias a fin de que aprendan de ellas y se reencuentren consigo mismas… continuamos con la preparación de comidas a fin de que ellos mismos descubran, por una parte, los sabores y la riqueza de los frutos que recolectan y por otra, conozcan sus propiedades a través del procesamiento que realiza la agroindustria. De ese modo valorizan el producto de la recolección e incluso aprovechan sus propiedades alimenticias en la dieta familiar. Luego continuamos con el aprendizaje sobre la organización, trabajo en equipos, sentido de la participación, incorporación de nociones de administración, contabilidad y comercialización, introducción de la dimensión medioambiental, incorporación de técnicas de procesamiento que ellas aplicarán en el deshidratado.

2. Reunión del conjunto de los grupos de recolectoras en tres o cuatro Encuentros anuales de dos días, con un programa de desarrollo pedagógico cultural .

En los Encuentros, realizamos un intercambio orientado a consolidar y dignificar su identidad de recolectoras, a construir un método de aprendizaje grupal que utilice y potencie el conocimiento del oficio heredado por generaciones y por último, a establecer una relación con otros actores vinculados al proceso de recolección: por ejemplo investigadores del INIA, ejecutivos de la agroindustria, funcionarios del Servicio Nacional de Salud, recolectoras y trabajadores de otras regiones, etc.

3. Realización de “Encuentros directiva de la Coordinadora” (mensuales, dos días), para su capacitación.

Al interior de los grupos intentamos rescatar y reforzar su identidad de recolectores, a fin de contar con una base de sustentación sólida para ellas y sus organizaciones. Complementariamente fuimos entregando elementos de desarrollo personal, género, organizacionales, técnicos, administrativos, de comercialización, que los consolidaran como organizaciones y les ayudaran a alcanzar sus metas.

En esa misma perspectiva llevamos a los recolectores a visitar empresas que procesaban los mismos frutos que ellas recogían, como Agroindustrias San Francisco-mayor exportadora de hongos en el país-, Forestal Casino -que exporta el 75% de la producción nacional de rosa mosqueta-, visitamos el Dpto. de Agroindustria de la Facultad de Ingeniería Agrícola y la producción de Hierbas Medicinales en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción, etc.

Además, dedicamos un tiempo al enriquecimiento cultural, para lo cual invitamos a grupos que hacen creaciones colectivas a nivel nacional como el grupo de teatro “El Jardín de las Cigarras” de Quellón, el de la “Casa Popular de la Mujer de Peñalolén”, las “Mujeres Cuidadoras de Semillas”, grupos de música folklórica que investigan sus raíces en Puerto Montt, etc.

Por último, estimulamos las visitas de intercambio entre los grupos, la participación en Foros y Seminarios como por ejemplo en el Foro Social de Porto Alegre donde el año 2005 asistió Quenaida Valdebenito (recolectora del Comité de Culenco), invitada por Anamuri.

En resumen, a través de estas líneas buscamos entregar una formación integral cuyo punto de partida sean las distintas necesidades de las mujeres, de los dirigentes y de los grupos y que al mismo tiempo estimule la coordinación del conjunto.

Cobquecura: Sus leyendas, sus vivencias y sus sueños.

2002

Las historias que aparecen en este libro son como un baño de humanidad y ternura que nos lleva a reencontrarnos con nosotros mismos. Con momentos de nuestra niñez, con historias que hemos vivido o escuchado de labios de alguna tía o de nuestras mismas abuelas.

En ellas uno descubre al hombre y la mujer toda entera, que piensa, que siente, que ama, que guarda valores a veces tan olvidados en nuestra sociedad. También nos encontramos con la enorme fuerza que emerge de una comunidad al enfrentar sus problemas, al satisfacer sus necesidades. Y con la creatividad infinita con que supera los mil obstáculos que surgen en medio de condiciones tan adversas como las que le toca vivir.

Las historias que aquí aparecen nos introducen además, en el trabajo de campesinos que hoy día descubriendo sus valores, se lanzan en la defensa de su cultura. “Estamos tratando de recuperar tradiciones y cosas antiguas. Yo pienso que antes la gente se autoeducaba, en el sentido de ir desarrollando su creatividad, su capacidad crítica, de observación, porque con las adivinanzas, las payas, las logas se va desarrollando el intelecto de la gente” observa Carmen Muñoz Directora de la Escuela G – 1147 de Pullay.